jueves, 28 de noviembre de 2024

EL CEMENTERIO MARINO (Paul Valery traducción)

 PAUL VALERY

EL CEMENTERIO MARINO

Traducción, Luis Martínez de Merlo

1ª versión,

Este apacible techo que surcan las palomas

palpita entre los pinos y las tumbas;

el mediodía exacto con fuego allí engalana

la mar, la mar, que empieza cada día.

Oh, qué gran recompensa después de un cavilar

el mirar largamente la calma de los dioses.

¡Oh qué pura labor de finos brillos gasta

diamante tánto de espuma imperceptible,

y cuanta paz parece imaginarse!

Cuando sobre el abismo un sol se aquieta.

Faenas puras de una eterna causa.

El tiempo brilla y es saber el Sueño.

Tesoro estable, templo simple para Minerva.

Masa de calma y coto divisable,

agua brollante, ojo que en ti guardas

bajo un velo de llama tantos sueños.

¡Silencio mío¡,.. Edículo en el alma.

Mas colmado de oro en mil tejas, ¡Techumbre!

Templo del Tiempo, que resume un suspiro

Hasta ese punto puro subo yo y me acostumbro

De mi otear marino rodeado

Y al igual que a los dioses mi suprema oblación

La reverberación serena siembra

Un desdén soberano en las alturas.

Como el fruto en delicia se deshace

como en goce su ausencia se convierte

En una boca en que su forma muere

yo aspiro aquí mi futura humareda

y al alma consumida canta el cielo

cómo en rumor se mudan las orillas.

Contémplame cambiar, hermoso y cierto cielo!

Después de tanto orgullo, tras de tanta

extraña ociosidad, mas pleno de poder,

a este espacio brillante me abandono.

Las casas de los muertos atraviesa mi sombra

que me apacigua con su débil ritmo.

El alma a las antorchas del solsticio entregada,

Admirable justicia, yo te amparo,

De la luz con sus armas implacables!

Pura te vuelvo a tu lugar primero,

¡Contémplate!…Mas devuelve a la luz

Una triste mitad de consentida sombra.

Para mí solo, en mí solo, a mí mismo

Después de un corazón, del que un poema surge

En medio del vacío y el puro acontecer

De mi interna grandeza el eco espero

Sombría, amarga y sonora cisterna

Siempre un hueco futuro resonando en el alma-

¿Sabes, falsa cautiva de las frondas

Golfo devorador de estas delgadas rejas,

secretos cegadores en mis ojos cerrados,

Qué cuerpo a su fin perezoso me arrastra

A este osario qué frente lo convoca?

Allí una chispa en mis ausentes piensa.

Cerrado, sacro, lleno de un fuego sin materia,

Fragmento terrenal a la luz ofrecido,

Me place este lugar, rendido a las antorchas,

Compuesto de oro, y piedras y de árboles umbrosos

Y sobre tanta sombra tanto mármol palpita;

fiel duerme allí la mar sobre mis tumbas.

Al idólatra aparta, oh perra espléndida,

Cuando solo y con una sonrisa de yeso

Largo rato apaciento, corderos misteriosos

El cándido rebaño de mis tranquilas tumbas,

Espántales las prudentes palomas,

Los vanos sueños, los ángeles curiosos!

Llegado aquí, pereza es el futuro,

Rasca la sequedad, neto el insecto

Está quemado todo, deshecho acogido en el aire

a no sé yo qué rigurosa esencia…

Vasta es la vida estando embriagada de esencia

Y es dulce la amargura y el espíritu es claro.

bien los muertos ocultos están den esta tierra

que los calienta y seca su misterio

arriba el mediodía, el mediodía inmóvil

en sí mismo se piensa y así mismo conviene

cabeza plena y diadema perfecta,

en tu soy yo la mutación arcana.

Para paliar tus miedos solo conmigo cuentas

Mis arrepentimientos, mis dudas, apremios,

Son el defecto de tu gran diamante….

Pero en su noche toda onerosa de mármoles

Una equívoca raza ya despacio ha tomado

Tu bando en las raíces de los árboles.

En una espesa ausencia se han hundido,

La arcilla roja bebió la blanca raza

a las flores el don del vivir ha pasado!

¿donde están de los muertos las frases familiares,

El arte personal, las singulares almas?

Hila la larva donde se formaban los llantos.

Los grititos de las muchachas pellizcadas,

Las pupilas, los dientes, los párpados bañados

El hechizo del seno que con el fuego juega

La sangre que en los labios que se rinden rutila

Las postreras mercedes, los dedos que refrenan

Bajo tierra va todo y entra al juego

Y tú, gran alma. Tal vez un sueño esperas

Ya falto de colores mentirosos

Que en los ojos carnales forman aquí oro y olas,

Cantarás cuando seas vaporosa?

Vamos! Todo se escapa! Porosa es mi presencia

Lo mismo muere la impaciencia santa

Flaca inmortalidad dorada y negra

Consuelo horrendamente laureado

Que en seno maternal la muerte cambias,

La bella falsedad y la piadosa astucia

Que no conoce y que tampoco niega

A este cráneo vacío y a esta perpetua risa.

despobladas cabezas, hondos Padres, ,

Que debajo del peso de tantas paletadas

Descarriais nuestros pasos siendo tierra,

El roedor verdadero, el gusano indudable

Ya no es para vosotros, que dormís bajo tierra,

Su vida es lo viviente, y de mí no se aparta!,

¿Amor tal vez o inquina hacia mí mismo?

tan cerca está de mí su arcano diente

que le pueden valer los nombres todos!

¿Qué importa? El ve, y él quiere, y piensa y toca!

Apetece mi carne, ya en la cuna

Vivi perteneciendo a este viviente!

Ah, Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea,

Me has hendido con esta alada flecha

Que vibra, y va volando y que no vuela!

lA luz me da el sonido y la flecha me mata!

¿Y el sol! ….ah qué sombra de tortuga

al alma, inerte Aquiles Pies ligeros!

No, no!... De pie! En la era sucesiva!

Desgarra, Cuerpo mío, esta forma abismada,

Abreva, pecho mío, de las fuentes del viento!

Una frescura, exhalación marina,

El alma me devuelve… oh salada potencia!

Corramos a las olas, a saltar revividos.

Si, inmensa mar dotada de delicias,

Piel de pantera y clámide por miles

Y miles de solares ídolos horadada,

Hydra absoluta, ebria del azul de tu carne,

que de tu cola el centelleo muerdes

en tumulto al silencio semejante.

¡Se alza el viento!... el preciso que intentemos vivir

El aire inmenso me abre y otra vez cierra el libro,

¡Las olas se deshacen salpicando las rocas!

¡Echaos a volar radiantes páginas!

¡Olas, romped!¡Romped aguas gozosas,

este apacible techo picado por los mástiles.

19 de diciembre de 2018

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