jueves, 28 de noviembre de 2024

LES DAMES DES ROCHES




      TRADUCCIONES DE POESÍA FEMENINA ANTIGUA

     MADELEINE Y CATHERINE DES ROCHES

     Les oevres


       MADELEINE DE ROCHES
           SONETO V

  Llorando amargamente mi esclavitud penosa
que me enferma del cuerpo, y al espíritu alarma,
rebosante mi pecho de hiel, transido el rostro,
en una muerta imagen escondiendo la sombra


de vida, en vano busco quien me calme el espíritu;
al médico del cuerpo también lo encuentro vano;
Con saturniana frente, con un ceño fruncido,
en todo amigo encuentro una amistad voluble.

Viendo pues mis desdichas creciendo en demasía,
sintiendo solo hastío, penas y adversidades
mi pensamiento eleva un celeste deseo,

diciendo: ya en el polvo no puedo yacer más;
buscar debo en el Cielo la dicha venturosa,
no esperar salvación en un navío roto.


 CATHERINE DES ROCHES
  
A MI RUECA

Yo te prometo y juro, mi oficio, rueca mía,
amarte para siempre, y no trocar jamás
tu doméstica gloria por un bien extranjero
que divaga inconstante y poco tiempo dura.

Teniéndote a mi lado más segura me siento
que si tinta o papel a ordenarse vinieran
alrededor de mí; pues para defenderme
bien puedes tú más bien rechazar un agravio.

Mi amiga, rueca mía, no es preciso por ello
el que por apreciarte y por tanto quererte
abandone del todo esta honesta costumbre

y escriba algunas veces; y escribiendo en tal modo
tus méritos escribo, mi rueca, oficio mío
teniendo entre mis dedos junto al huso, la pluma.




MADELEINE DES ROCHES

EPITAFIO PARA EL DIFUNTO
FRANÇOIS EBOISSARD
SEÑOR DE LA CIUDAD, SU M ARIDO



¿Quieres saber, cuál fue, caminante, mi vida?
Sabe pues que los cielos, y la fortuna y la naturaleza
Nacer me hicieron noble, rico y sapiente un día
Y me hicieron el dueño de sus dones preciosos.

Después de haber vivido una vida encomiable,
Me tomó la parálisis, y así ahora la suerte
De las Parcas me sana de afección semejante,
Estaba muerto en vida, y en estoy en muerte vivo.

Treinta años fui Bretón, veintiocho mi esposa
En Poitiers me retuvo en  casto amor ligado.
Mi alma ante Dios ahora encontró su reposo
Y aquí mi cuerpo aguarda el final de los días.

En esta fría tumba no está mi cuerpo solo
Junto a mí el corazón de mi mujer reposa
De su espíritu nunca nuestra amistad se seca
La muerte no ha cortado tan fuerte ligadura.

Oh Dios, cuya virtud en el cielo guardada
Incluso el cielo guarda, haced que mi mitad
Felizmente disponga todo aquello que haga

Honrando para siempre nuestra sagrado afecto.






ISABELLA DI MORRA

SONETO X

Con áspero, doliente y agrio estilo
Escribí como sabes hace tiempo
En contra de Fortuna, sin que hubiese
Otra bajo la luna
que más ardiente se doliese de ella.

Ahora de su ciego error el alma
Se arrepiente que no halla gloria alguna
En semejantes dotes y si vive
Privada de sus bienes, clara y pura
Espera enriquecerse en dios un día.

El Tiempo ni la muerte tan hermoso
Tesoro eterno, ni la predadora
violenta mano ante el señor del cielo
habrá de arrebatárselo.

Ya no dañan allí ni los inviernos
Ni los veranos, porque no se siente
Ni el hielo ni el calor, así es que, hermano,
Es vanidad cualquiera otra esperanza








MARCELINE DESBORDES-VALMORE

LAS ROSAS DE SAADI


Rosas esta mañana he querido traerte;
Pero me puse tantas en mi traje ajustado.
Que los estrechos nudos no pudieron atarlas.

Los nudos se rompieron. Las rosas esparcidas
En el viento, a la mar se me escaparon todas.
Han seguido a las aguas para no regresar.

Rojiza y llameante apareció la ola
Esta tarde, aún mis ropas están todas fragantes…
Respira sobre mí su aromado recuerdo.






MARCELINE DESBORDES-VALMORE
LA ESPERA


Si no te veo el tiempo me abruma, y la hora tiene
no sé yo qué pesar que no  puede sufrirse:
mi corazón, que quiere dejarme, languidece,
e inclino la cabeza, y entre lágrimas lloro.

Si a tu voz penetrante mi recuerdo la aguarda,
me estremezco y escucho…. Inmóvil yo en mi espera;
se diría que Dios roza una caña débil
Y toda yo contesta: ¡hazlo venir, Dios mío!

Si detengo en tu faz seductora mi mente
se me cubre la faz de temor y de dicha;
se me hiela el cabello; mi vida se acongoja,
y tu nombre, de pronto, del corazón me escapa.

Cuando estás ya, tú mismo, al dejar de aguardarte,
me salvo temblorosa, y te tiendo los brazos;
y no me atrevo a hablarte y escucharte me asusta;
mas tú buscas mi alma, ¡que solo ha de ser tuya!



¿Soy tu hermana morosa destinada a tu anhelo?
¿sombra, tú, prometida a mis pasos medrosos?
Y entonces  me estremezco. ¡Tu hermana yo! ¡Qué idea!
¡Mi hermano tú! ¡…oh terror! ¡Dime que no lo eres!.



25 de enero de 2017




¿DUERMES?

¿Y estás dormido en esta hermosa noche,
cuando el agua me busca y me huye igual que tú,
y un corazón te doy largo tiempo rebelde?
¿Mi vida, estás dormido, o es que conmigo sueñas?

¿Desenredas en tu alma confundida
 los dulces secretos que entre nosotros arden?
¿Esos largos secreto que el amor nos reprocha,
en mis rodillas vienes a romperlos?

¿Entregaste tu voz tierna y audaz
al frescor de las voces con que las flores tiemblan?
¡No! es de la noche la vaga melodía;
tu soplo aún no ha secado mis  lágrimas.

Guarda siempre este imperio doloroso
sobre este amor que busca traicionarnos:
pero guarda también su mal
por el que yo suspiro;
su mal es dulce, aunque me esté matando.



26 de enero



LA LUNA DE LAS FLORES

Dulce luna de flores, ¡mi corona he perdido!
Ignoro qué huracán atravesó esta orilla.
Apagó los acordes de esperanzados cantos,
y en esta noche que me envuelve,
dulce luna de flores, mi corona he perdido!

Luna de los arcanos, viérteme tus presentes,
reaviva el colorido de mi pálida frente;
mi corona he perdido y me he encontrado lágrimas;
Lejos de la curiosa muchedumbre
viérteme tus presentes, luna de los arcanos.

Con un rayo entreabre las violetas oscuras,
dulces como los ojos del amor seductor;
con tus húmedos besos avivarás su vuelta.
Para esconder mi llanto mudo
entreabre las violetas oscuras con un rayo.



26 de enero 2018







ELEGIA

Su voz tierna y velada acaso un día
Me ha de llamar bajo cipreses jóvenes:
En la hondonada entonces escondida,
Yo más dichosa que él le escucharé sus quejas.
Lo veré lentamente descender del otero
Cuando inútiles crea sus pasos y deseos,
¡Llorará! y mi ceniza reavivarán sus lágrimas;
aherrojada a sus pies No volveré a escaparme,
¡No volveré a escaparme! lo escucharé; alma mía
Ardiendo en torno a él, querrá secar sus lágrimas,
Y ese medroso acento, que mi llama traiciona,
Lo ha de reconocer en el rumor florido.
¡Oh! ¡que encuentre un rosal solitario y muriente!
¡Que busque allí mi aliento y en su seno lo acoja!
Que él se diga; “la tierra la abandonó por mí;
Sus perfumes son míos, no se trata de un robo”
Que él se diga; “la orilla bordeó un  día apenas;
Su tierno verde el claro espejo engalanaba
Y dentro ya sus hojas de la onda fugitiva,
Caen; oh débil rosal que no viste la tarde!
Tal vez pudiera entonces la alondra adormecida,
A la voz de un amante que por su amiga llora,
Escapar del regazo de las bellas fragancias,
Llevando sus lamentos y oraciones al cielo.
Y soñando en los bienes que el mundo nos otorga,
Él dejará caer sobre piedra fría
Las dolientes guirnaldas con que la gloria ciñe
                 Su triste frente encantadora.

Me he de quedar yo entonces sola, mas consolada,
La huella de sus pasos respetarán los vientos.
Querría estar yo entonces en el fondo del valle,
Ya esperándole…!Oh Dios, si acaso no acudiera!


20 de marzo


LA IMPACIENCIA

¡No vienes; No! Castiga a tu amante afrentosa
Que del amor maldijo ¡Aún tiemblo yo por ello!
Renegó de sus llantos, su embriaguez, sus tormentos
Y echó a volar su rebelión.
Ella dijo; he perdido mis sueños desleales
El tiempo se detuvo, perdió el amor las alas;
Sólo el amor es raudo, ingrato, sin recuerdos;
Y aventaja, y devora y destruye el futuro;
Yo aborrezco el amor; yo quiero amar la Gloria:
Ella promete bienes; trataré de creerla;
Que adormezca mis males, si no puedo sanarlos:
No muriendo del todo la muerte la aterra menos”
Y luego, “no es la gloria más que un rizo en el agua
Un eco de la vida, que de igual modo expira
Ah, qué me puede importar en la noche profunda
El eco de un instante?
¡Pues bien! Odio la gloria y la espera perdida,
Y el amor y la imagen que se halla suspendida
Sobre mi corazón; yo lo aborrezco todo!
Pero dentro de poco otra vez no tendrá
Sino para nombrarte, y llamarte cien veces;
En vano ha de buscar su proferida cólera.
Oh, la picante abeja vuela menos aprisa;
Inútilmente el eco engañado decía
Odiar es lo que quiero,
Y ella, triste, musita, Dios mío, cuánto tarda!
¡No viene! Que la noche, sin cerrar sus pupilas,
entre esperanza y miedo golpee en su corazón
que el día por venir por entero la abrume
sin volverla a la vida, a la dicha de verte!
Un dia entero…un siglo ¿Tendrás tu este valor?
Sí, el hombre es valeroso: dices tú que te ama:
Haz la prueba! Tú ya lo sabes
el amor es una tormenta;
Escribe; y de una esperanza
Pura devuélvele el encanto
¡Escribir! Vuela el tiempo llevándose la vida
Y escoltado por horas y por días se escapa:
Imita su presteza; acude, ídolo mío
Que junto a ti me lleve es todo cuanto anhelo!
Dios mío! Si vinieses…! Ven, que te quiero hablar;
Secretos tengo aún, tengo mil que enseñarte;
y ven a revelarme todos, todos los tuyos!
con ellos ven a deleitarme
ven a dármelos nuevamente
Yo exclamaré, hete aquí! Yo exclamaré…mi dicha!
Inventaré palabras que mi tristeza ignora;
No temas que una sola de pena encuentre en ellas;
Pero las que te agradan me las sé todavía.

¡Cuánta voz de esperanza! ¿Quién son esos que escucho?
Aquí están, ante ellos me torno yo de hielo
Dejo yo de escucharlos, siento escapar mi mente
Y dejo ya de ver los que me hablaron tanto

¡Y tú no vienes nunca!¿qué importa que yo muera?
En torno a la hora vuelan en vano los minutos;
Y la hora, contándolos, deja caer sin torna
Meses, años, y vida! ¡Y sin ti, sin amor!













EL CEMENTERIO MARINO (Paul Valery traducción)

 PAUL VALERY

EL CEMENTERIO MARINO

Traducción, Luis Martínez de Merlo

1ª versión,

Este apacible techo que surcan las palomas

palpita entre los pinos y las tumbas;

el mediodía exacto con fuego allí engalana

la mar, la mar, que empieza cada día.

Oh, qué gran recompensa después de un cavilar

el mirar largamente la calma de los dioses.

¡Oh qué pura labor de finos brillos gasta

diamante tánto de espuma imperceptible,

y cuanta paz parece imaginarse!

Cuando sobre el abismo un sol se aquieta.

Faenas puras de una eterna causa.

El tiempo brilla y es saber el Sueño.

Tesoro estable, templo simple para Minerva.

Masa de calma y coto divisable,

agua brollante, ojo que en ti guardas

bajo un velo de llama tantos sueños.

¡Silencio mío¡,.. Edículo en el alma.

Mas colmado de oro en mil tejas, ¡Techumbre!

Templo del Tiempo, que resume un suspiro

Hasta ese punto puro subo yo y me acostumbro

De mi otear marino rodeado

Y al igual que a los dioses mi suprema oblación

La reverberación serena siembra

Un desdén soberano en las alturas.

Como el fruto en delicia se deshace

como en goce su ausencia se convierte

En una boca en que su forma muere

yo aspiro aquí mi futura humareda

y al alma consumida canta el cielo

cómo en rumor se mudan las orillas.

Contémplame cambiar, hermoso y cierto cielo!

Después de tanto orgullo, tras de tanta

extraña ociosidad, mas pleno de poder,

a este espacio brillante me abandono.

Las casas de los muertos atraviesa mi sombra

que me apacigua con su débil ritmo.

El alma a las antorchas del solsticio entregada,

Admirable justicia, yo te amparo,

De la luz con sus armas implacables!

Pura te vuelvo a tu lugar primero,

¡Contémplate!…Mas devuelve a la luz

Una triste mitad de consentida sombra.

Para mí solo, en mí solo, a mí mismo

Después de un corazón, del que un poema surge

En medio del vacío y el puro acontecer

De mi interna grandeza el eco espero

Sombría, amarga y sonora cisterna

Siempre un hueco futuro resonando en el alma-

¿Sabes, falsa cautiva de las frondas

Golfo devorador de estas delgadas rejas,

secretos cegadores en mis ojos cerrados,

Qué cuerpo a su fin perezoso me arrastra

A este osario qué frente lo convoca?

Allí una chispa en mis ausentes piensa.

Cerrado, sacro, lleno de un fuego sin materia,

Fragmento terrenal a la luz ofrecido,

Me place este lugar, rendido a las antorchas,

Compuesto de oro, y piedras y de árboles umbrosos

Y sobre tanta sombra tanto mármol palpita;

fiel duerme allí la mar sobre mis tumbas.

Al idólatra aparta, oh perra espléndida,

Cuando solo y con una sonrisa de yeso

Largo rato apaciento, corderos misteriosos

El cándido rebaño de mis tranquilas tumbas,

Espántales las prudentes palomas,

Los vanos sueños, los ángeles curiosos!

Llegado aquí, pereza es el futuro,

Rasca la sequedad, neto el insecto

Está quemado todo, deshecho acogido en el aire

a no sé yo qué rigurosa esencia…

Vasta es la vida estando embriagada de esencia

Y es dulce la amargura y el espíritu es claro.

bien los muertos ocultos están den esta tierra

que los calienta y seca su misterio

arriba el mediodía, el mediodía inmóvil

en sí mismo se piensa y así mismo conviene

cabeza plena y diadema perfecta,

en tu soy yo la mutación arcana.

Para paliar tus miedos solo conmigo cuentas

Mis arrepentimientos, mis dudas, apremios,

Son el defecto de tu gran diamante….

Pero en su noche toda onerosa de mármoles

Una equívoca raza ya despacio ha tomado

Tu bando en las raíces de los árboles.

En una espesa ausencia se han hundido,

La arcilla roja bebió la blanca raza

a las flores el don del vivir ha pasado!

¿donde están de los muertos las frases familiares,

El arte personal, las singulares almas?

Hila la larva donde se formaban los llantos.

Los grititos de las muchachas pellizcadas,

Las pupilas, los dientes, los párpados bañados

El hechizo del seno que con el fuego juega

La sangre que en los labios que se rinden rutila

Las postreras mercedes, los dedos que refrenan

Bajo tierra va todo y entra al juego

Y tú, gran alma. Tal vez un sueño esperas

Ya falto de colores mentirosos

Que en los ojos carnales forman aquí oro y olas,

Cantarás cuando seas vaporosa?

Vamos! Todo se escapa! Porosa es mi presencia

Lo mismo muere la impaciencia santa

Flaca inmortalidad dorada y negra

Consuelo horrendamente laureado

Que en seno maternal la muerte cambias,

La bella falsedad y la piadosa astucia

Que no conoce y que tampoco niega

A este cráneo vacío y a esta perpetua risa.

despobladas cabezas, hondos Padres, ,

Que debajo del peso de tantas paletadas

Descarriais nuestros pasos siendo tierra,

El roedor verdadero, el gusano indudable

Ya no es para vosotros, que dormís bajo tierra,

Su vida es lo viviente, y de mí no se aparta!,

¿Amor tal vez o inquina hacia mí mismo?

tan cerca está de mí su arcano diente

que le pueden valer los nombres todos!

¿Qué importa? El ve, y él quiere, y piensa y toca!

Apetece mi carne, ya en la cuna

Vivi perteneciendo a este viviente!

Ah, Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea,

Me has hendido con esta alada flecha

Que vibra, y va volando y que no vuela!

lA luz me da el sonido y la flecha me mata!

¿Y el sol! ….ah qué sombra de tortuga

al alma, inerte Aquiles Pies ligeros!

No, no!... De pie! En la era sucesiva!

Desgarra, Cuerpo mío, esta forma abismada,

Abreva, pecho mío, de las fuentes del viento!

Una frescura, exhalación marina,

El alma me devuelve… oh salada potencia!

Corramos a las olas, a saltar revividos.

Si, inmensa mar dotada de delicias,

Piel de pantera y clámide por miles

Y miles de solares ídolos horadada,

Hydra absoluta, ebria del azul de tu carne,

que de tu cola el centelleo muerdes

en tumulto al silencio semejante.

¡Se alza el viento!... el preciso que intentemos vivir

El aire inmenso me abre y otra vez cierra el libro,

¡Las olas se deshacen salpicando las rocas!

¡Echaos a volar radiantes páginas!

¡Olas, romped!¡Romped aguas gozosas,

este apacible techo picado por los mástiles.

19 de diciembre de 2018

lunes, 3 de septiembre de 2018

INTRODUCCIÓN A 40 POEMAS DE "EL SOLLOZO DE LA TIERRA" de JULES LAFORGUE








 
 













         








                                                     


                                               

                                                   







viernes, 3 de agosto de 2018

convocesdeotros





  EDICIONES SECRETAS
        
  CON VOCES DE OTROS (paráfrasis, parodias y juguetes          líricos)